lunes, 18 de octubre de 2010

RABIA

La rabia es una enfermedad viral que afecta el sistema nervioso de los mamíferos. En las últimas etapas de la enfermedad, el virus se traslada desde el cerebro a las glándulas salivales y la saliva. Desde allí el virus puede transmitirse a través de una mordedura o por contacto con las membranas mucosas (nariz, boca, y ojos). La enfermedad es fatal una vez que se registran los síntomas. Los perros pueden contagiar a otros por 2 semanas antes de que aparezcan los síntomas de la enfermedad, por lo que es sumamente importante confinar y observar todos los animales sospechosos.
TRANSMICION: puede ser transmitido por los lamidos mutuos entre animales, cuando éstos se acicalan mutuamente y la saliva de un animal infectado entra en contacto con una herida abierta. Se cree que éste es un método común de transmisión entre los mapaches, entre los cuales la acicalación mutua de los miembros de la familia es rutinaria, pero no se considera común entre la otra especies vectoras.
El virus de la rabia puede infectar cualquier mamífero, pero la infección es más común entre los perros, gatos, vacas, caballos, murcielágos, zorrilos, zorros, los mapaches, los que tienen en común un intervalo de latencia relativamente largo entre el momento de exposición y el momento en que aparecen los síntomas. La transmisión ocurre generalmente cuando el animal vector (el animal que lleva la enfermedad) se encuentra en la fase latente (antes de que aparezcan los síntomas).  
El dolor, el miedo o la confusión extrema pueden hacer un animal agresivo. La salivación profusa y la inhabilidad de tragar pueden resultar de una obstrucción en la garganta, cuerpos extraños en los dientes, o la ingestión de sustancias irritantes o tóxicas. El aullar podría deberse al hambre, al miedo, o al dolor. Ademeas, las infecciones tetánicas son a veces diagnosticadas erróneamente como rabia. Pero, en cualquier caso, tales animales deben siempre tratarse con precaución ya en su dolor pueden atacar. Actualmente, la rabia solamente puede ser diagnosticada mediante el examen del cerebro de un animal infectado, y ésto debe llevarse a cabo en un laboratorio apropiado. En estos momentos no hay pruebas disponibles para hacer un diagnóstico definitivo de rabia en un animal vivo.
La prevención más eficaz de la rabia es el lavado inmediato y completo del sitio de las mordeduras o de las heridas causadas por rasguños con generosas cantidades de jabón y agua, o el lavar las membranas mucosas con agua tibia. Si la herida está sangrando profusamente, se deberá aplicar presión con los dedos o las manos, o aplicar un vendaje de presión. La herida no debe ser suturada, ya que se cree que ésto aumenta la posibilidad de que el virus invada los nervios.   

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